Día 6

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Nikko

Desde la estación Tokyo cogemos un Shinkansen hasta Utsunomiya. Esta es una estación de paso, no hay mucho que ver en la ciudad así que aprovecho para tomarme un tentempié tradicional: menú de McDonals.

McDonals

Por lo que pude ver en Japón, existen 2 tipos diferentes dentro de esta misma cadena. El primer tipo es muy similar a los que conocemos en España, con algunas variaciones para adaptarlo a la dieta japonesa. El segundo tipo es bastante diferente. En mi caso, probé el segundo tipo y pedí la opción por defecto, que consistía en una hamburguesa con carne y huevo y un acompañamiento que parecía una torta de patata o pasta de arroz rebozada.

Tren a Nikko

Desde la estaciónde Utsunomiya se puede tomar un tren hasta Nikko.

Esta ciudad es famosa por su gran cantidad de templos y santuarios (al estilo de Kamakura). Nuestro primer objetivo es el puente de Shinkyo.

Shinkyo

Tras cruzar el puente, se sube por una larga escalera de piedra hasta el primer templo. No es uno de los más famosos y además está en obras así que continuamos camino hacia el siguiente.

Tōshō-gū

Este santuario es famoso por sus representaciones de los famosos tres monos que cubren sus oídos, ojos y boca. Realmente los monos forman parte de una historia más larga, que recorre toda la vida de la persona desde su nacimiento hasta que pasa a una nueva generación.

Este templo también es famoso por una representación de un “gatete durmiente”, la cual es un poco decepcionante (quizá por la cola que tuvimos que hacer para ver este minino diminuto y poco llamativo).

Otro punto más interesante dentro del santuario es una habitación que cuenta con una acústica muy característica. El techo está pintado con un dragón y al golpear unos palos en puntos concretos de su interior se dice que se puede “oír como ruge”.

Continuamos por el sendero que une los santuarios y entrando en algunos más:

[TODO]

El hambre nos devuelve a la zona central de Nikko, donde tras otro ramen, nos decidimos a seguir las indicaciones de nuestra guía de viajes hacia una zona menos transitada por turistas.

Kanmangafuchi Abyss

Tomamos un autobús que nos acerca hasta la zona suroeste de la ciudad. Desde ahí, caminamos unos minutos hasta Kanmangafuchi Abyss. Este sendero, paralelo a un río está vigilado por 70 estatuas de piedra representando a Jizo, un Bodhisattva que cuida de los fallecidos.

Continuando por este camino se llega a una curiosa presa y un cementerio tradicional.

De regreso a Tokyo

Esta es nuestro último día en la ciudad así que nos dirigimos a la ciudad eléctrica para disfrutar de una noche al más puro estilo japonés: arcade.

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