Día 11

16 Aug 2014

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Bambú pasado por agua

El día amanece nublado y nos dirigimos a la recepción del hotel Karasuma Kyoto donde nos reunimos con el guía del tour Sagano-Arashima.

Tomamos un tren que nos deja en la estación de Sagaarashiyama. Desde ahi comenzamos una caminata alrededor del templo Tenryū-ji donde se sitúa el famoso bosque de bambú de Arashiyama. El camino que lo cruza está bordeado por los altos troncos de bambú y desde él se pueden acceder a algunos templos escondidos. Es un paseo que se puede hacer andando, en bici o el alguno de los tradicionales carros empujados por personas.

Tras terminar este recorrido, entramos al templo de Tenryū-ji. En este templo destacan sus dos jardines a ambos lados del edificio principal. Las vistas son realmente preciosas, pero aparentan ser impresionantes durante el otoño. Nuestro guía nos hace notar la ausencia de una catarata, normal en este tipo de jardines, pero nos señala una zona de piedras al otro lado del lago que pretende transmitir la sensación de ser una catarata de agua. El jardín de la parte posterior es totalmente distinto, mucho más estilo zen, con piedras blancas haciendo dibujos sobre el suelo.

A continuación nos dirigimos a visitar el puente de Togetsukyo, situado hacia el sur por la calle comercial frente al templo.

Fue en ese preciso instante cuando comenzaron las primeras gotas de una tormenta que provocaría que esa calle con tiendecitas típicas se convirtiera en un torrente de agua que nos empaparía hasta la rodilla en un vano intento de seguir a nuestro guía de vuelta a la estación. Una vez allí, nos comunicaron que los trenes estaban parados debido a la lluvia, así que tardamos unas 3 horas en regresar al centro de Kyoto.

Daimon-ji

Este es el nombre que recibe el festival realizado el último día del O-Bon. En Kyoto se pueden disfrutar de dos grandes acontecimientos: el encendido de grandes fuegos en forma de kanjis en 5 montañas que rodean a la ciudad y el encendido de lámparas que se depositan en el río cerca del templo que vistamos esa misma mañana.

Si se desean ver todos los kanjis, es necesario haber reservado con bastante tiempo en la azotea de alguno de los hoteles que se abren al público esa noche. En caso de no tener esa posibilidad, hay bastante puntos de la ciudad desde el que se pueden observar si no todos, algunos de los fuegos.

En nuestro caso, nos dirigimos a la parte este de los jardines del palacio imperial, desde el que pudimos ver uno de los kanjis.