Día 7
12 Aug 2014Posted
Abandonamos Tokyo en dirección a Odawara, donde compramos el Hakone Free Pass para los 2 días que estaremos dando vueltas por la zona. Desde ahí, tomamos un tren más hasta Yoshiike, donde nos alojaremos esa noche.
Ryokan
Nuestro alojamiento es el Ryokan Yoshiike, un hotel tradicional japonés que cuenta con habitaciones con tatami, donde dormiremos en futones y un onsen con piscinas de agua caliente. Nada más llegar y hacer el check-in nos acompañan hasta nuestra habitación, donde nos hacen una pequeña ceremonia del té y nos explican como usar los baños y cómo colocarnos los yukatas.
Tras descansar un rato, nos alejamos de las comodidad del ryokan para comenzar el recorrido por la zona.
Lago Ashinoko
Nuestra primera excursión del día la hacemos a bordo de un barco pirata con el que cruzamos de sur a norte este lago situado al oeste de Hakone. En sus orillas, se pueden ver algunos toriis.
El final del crucero nos deja en Togendai, lugar del que parte un teleférico que recorre las montañas cercanas. Este teleférico irá haciendo varias paradas en puntos característicos.
Fango tóxico incandescente. Huevos cocidos
Una de las primeras paradas del teleférico es Ōwakudani, un valle volcánico donde hay manantiales de aguas a altas temperaturas. Las emisiones de sulfuro son bastante altas, pero eso no les impide dedicarse a cocer huevos en ellas (atención al hombre que opera las cestas de huevos, que no necesita ni mascarilla). Se pueden adquirir por 500Y las 5 unidades y tienen un curioso aspecto negro. Su sabor: igual al de cualquier otro huevo cocido.
Las aguas que bajan de esta montaña son completamente blancas y la vegetación que ha sobrevivido está adaptada a este agresivo entorno.
La última para del teleférico se realiza en Gora, donde seguimos las indicaciones de nuestra querida guía para llegar a un restaurante llamado Gyoza center. En su carta, podréis encontrar unas 15 variedades de gyozas e incluso ramen con gyozas flotando alegremente en él (adivinad qué comí :).
Jardín botánico
Al terminar de comer nos acercamos al jardín botánico de Gora. En él se pueden observar especies vegetales autóctonas, una rosaleda, algunas casas tradicionales donde puedes homenajearte con una ceremonia del té y un par de invernaderos con especies más exóticas o escarabajos del tamaño de melones.
Cena en el Ryokan
La calidad de esta cena fue totalmente inesperada. La contratamos a través de la agencia y resultó ser un auténtico festín con una ingente cantidad de platos diferentes a probar. Apenas conseguimos identificar unos pocos de ellos (sashimi o carnes), siendo en su mayoría pequeñas piezas de degustación con sabores a cada cual más curioso. En esta cena fue cuando me di cuenta por primera vez de la curiosa costumbre que tienen a la hora de servir las mesas.
Para no desaprovechar la oportunidad, pedimos un par de sakes fríos de sabor afrutado, perfectos para acompañar a la copia de umeshu que ya nos esperaba en la mesa.
Onsen
Los baños de este ryokan están compuestos por una piscina cubierta y otra al aire libre para hombres y otro tanto para mujeres. Además existen 2 baños privados si prefieres mantener tus hábitos de higiene lejos de otros.
La idea es llegar a los baños equipado únicamente con tu toalla de cuerpo, otra toalla más pequeña y el yukata. Primero debes pasar por una zona de vestuario, donde debes dejar el yukata y la toalla grande y a continuación dirigirte a la zona de baño. En este vestuario se pueden encontrar algunos lavabos destinados principalmente a afeitarse y aplicarse lociones.
Una vez en la zona de baños, se pueden encontrar hileras de puestos individuales que cuentan con un taburete, un barreño, un grifo, una ducha y gel y champú. La idea es darse un agua antes de meterse en la piscina común.
La piscina interior es bastante amplia, cuenta con una cascada de unos 3 metros, una zona bastante grande cubierta por las ramas de un enorme árbol, una zona abierta y otra cubierta de tal forma que se asemeja a una cueva. El agua está realmente caliente.
La piscina exterior parece totalmente natural. La bordean grandes piedras y algo de vegetación.